Mostrando entradas con la etiqueta David Escoin. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta David Escoin. Mostrar todas las entradas

miércoles, 13 de febrero de 2013

EL TIEMPO DE CUARESMA.

Queridos amigos y hermanos en la fe:

El tiempo de cuaresma comienza hoy, con el miércoles de ceniza. Es un tiempo que nos ayuda prepararnos para la celebración del la Pascua, "La resurrección del Señor". En este tiempo, se nos exhorta a una vivencia espiritual más profunda, al ayuno, a la práctica de la limosna, la búsqueda del encuentro con Dios por medio de todo ello y por medio del sacramento de reconciliación, más conocido la confesión. 

Años atrás, hace 10 años, yo vivía este tiempo litúrgico de forma muy diferente a como lo vivo ahora. Llegaba a criticarlo, a no entenderlo, pues, era una persona que estaba apartada de Dios y de la fe. Veía como una imposición, de la Iglesia todos estos ayunos y abstinencias. Hasta que descubrí lo importante que son en realidad, en cuanto que descubrí a Dios,en cuanto dejé que Dios entrase en mi vida.

Estos ayunos y abstinencias, me han ayudado a decir muchas veces que no a mi mismo, a no ser egoísta, a pensar mejor las cosas, a comenzar a mirar por las necesidades del otro. En otras palabras, a comenzar a ser verdaderamente libre. Liberándome de todo aquello que no me acerca a Dios y me aleja del amor. Es una libertad plena, que nos muestra con clarividencia aquello que es realmente importante en esta vida. Nos hace madurar en la persona de Cristo a imagen suya en la vida, y a ejemplo suyo, como en el pasaje de las tentaciones en el desierto   (Mt, 4, 1-11).

El ayuno nos ayuda a luchar contra las tentaciones que nos hacen débiles y precipitan a caer en las manos del maligno enemigo, por medio del pecado. Es el pecado aquello que nos aparta de nuestra verdadera naturaleza, que nos aleja de Dios y también, de vivir para solo complacer nuestras necesidades. Todos tenemos debilidades, por ello el ayuno, nos muestra con más claridad lo que realmente puede perjudicarnos, aquello que está más unido a este mundo, que limita nuestra apertura a Dios, a la transcendencia. El pecado nos obliga, pues, haciéndonos perder nuestra verdadera libertad, nos ata al mundo, a la debilidad de la concupiscencia. Nos sumerge en una ceguera y una sordera temporal, que nos incapacita a poder vivir en esperanza.

Con el paso del tiempo he comprendido que el ayuno es importante, por ser uno de los métodos eficaces de encuentro con Dios y de amor al prójimo. En este tiempo se nos pide el ayuno del alimento que es importante, y de ello también contar con el ayuno de las cosas, que puedan cortar la vivencia en plenitud de la comunión con Dios y en el amor al prójimo. Las lecturas de hoy, a mi interpretación, exhortan a vivir ese ayuno, como parte del anuncio de la gracia que se nos tiene preparada. Por ello, hay que vivir con alegría esta oportunidad que se nos brinda para la conversión. Hay que perfumar nuestro pelo, para que se reavive la fe en el mundo, con ese perfume del ejemplo cristiano de santidad, y lavar nuestro rostro para no quedarnos estancados en las penas que el mundo nos contagia, mostrar una mirada limpia de sinceridad que hable al mundo sin dobleces sin mentiras. Los hombres están cansados de vivir en el mundo, ya que está lleno de mentiras. Sólo con el agua se limpia el rostro, sólo con el agua limpiamos los pecados en el bautismo acogiendo nuestra fe en la Iglesia, que nos hace revivir la esperanza, que nos hacer ser creyentes de aquello que senos revela en su seno y que cada día se nos manifiesta como creyentes, la verdad de Cristo. Por que la fe nos ayuda a vivir plenamente en esperanza viva y verdadera, ayer, ahora y siempre. Nos acerca a lo auténtico, quitándonos el maquillaje que en abundantes veces, se nos impregna de la realidad del mundo. Liberémonos del falso encuentro con la realidad y hagamos que la fe nos revele la verdad de nuestro yo.

Animo a que todos vivamos en plenitud este tiempo de cuaresma deseando vivir la esperanza, el encuentro con Dios, la alegría de saberse amado por Él y compadeciéndonos por su muerte en Cruz, sentirnos llamados a vivir por el anuncio del evangelio, siendo verdaderos Cristianos testigos de Cristo en el mundo.

Para ser testigos:"Aprendamos a perdonar los pecados ajenos, como lo hizo nuestro Maestro, para comprender mejor nuestros pecados. Aprendamos a amar a nuestros hermanos, como los amó el Maestro, para saber cuánto Dios Ama al mundo"

Gracias por vuestra atención, Dios os bendiga.
                                                                                                                 David Escoin

martes, 11 de diciembre de 2012


María Inmaculada.

            Queridos Amigos en la fe:

Me gustaría compartir esta pequeña reflexión con ustedes, sobre María y la pasada celebración de la solemnidad del día de la Inmaculada concepción:

            María es la criatura que después de la Santísima Trinidad, recibe  los mayores honores y glorias. Dentro de la Iglesia recibe Veneración especial, con el nombre de hiperdulía. Por que ha sido a ojos de Dios colmada de bienes. Como anuncia el Ángel Gabriel en la escritura: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres”. El Ángel Gabriel, anuncia su titulo y le ayuda a comprender que ha encontrado Gracia ante Dios. Pues, ella iba a ser la que diese a luz al Salvador.

            ¿Pero que quiere decir que está llena de gracia? Pues, que la Virgen María, poseía un singular estado sobrenatural del alma en comunión con Dios. En ella no había pecado original. Debido a que de ella tenía que nacer Dios. Y de su seno Inmaculado nació el salvador del mundo, para adquirir naturaleza humana.

María, es para todo el pueblo cristiano un ejemplo a seguir. Ella es testimonio de entrega, silencio, servicio, caridad. En María podemos, los cristianos, sobrecogernos por haber mostrado al mundo cómo tenemos que vivir nuestra fe. Con su Si, María nos acogió como pueblo, nos escogió como hijos amados de su Creador, Hijo y Esposo.            

María entregó de sí todo lo que tenía para que nosotros nos desarrollarnos como ese pueblo escogido, esa imagen de Cristo, esa Iglesia de Amor. Y lo único que tenía en ella era el Amor de Dios, y con ese Amor nos quiso ayudar, ofreciéndolo a Dios por nosotros, a través de su vida siempre entregada a Dios. Quiso para sí, la voluntad de Dios. Por que María que era humilde y sencilla, entendía que era pobre en su totalidad ante la grandeza de Dios, y sabía que hasta el Amor que ella poseía era de Dios. María vencía así, al orgullo y a la vana gloria, cuando en su libertad decidió devolver a Dios lo que era suyo, lo que ella necesitaba para vivir, no quedándose para sí nada. Ella se hizo esclava de Dios, y fue entonces cuando Dios la colmo de la libertad, que produjo en ella bienes que sobreponían antes la voluntad de Dios, que las artimañas del mundo y del diablo. Definitivamente, María chafó la cabeza de la serpiente, y la chafó en nombre de la voluntad de Dios, anunciado así desde antiguo en el Génesis Dios mismo. (Gn 3, 14-15)

Por eso, hay que estar alegres a la hora de celebrar esta solemnidad, y de celebrarla por lo más alto. Con orgullo de poder tener una Madre que nos espera siempre con los brazos abiertos. Nunca dejemos de pedirle auxilio, y de darle las gracias. Por que en aquel momento, su primer paso- el Sí- hacia la salvación, nos cambió a todos los hombres, dándonos no solo ejemplo, si no también una pequeña parcela en su inmaculado corazón.

Queramos serte fieles, ¡Oh! siempre Virgen María.   

                                                                                       David Escoin

miércoles, 10 de octubre de 2012

REFLEXIÓN DE PASTORAL Y ACCIÓN SOCIAL. Textos ( Jn, 6. Jn 1-45. Mt,8,14-15)

            1. Después de leer la Sagrada Escritura, habiendo tomado por primera vez contacto con esta materia (Pastoral y acción social), la Palabra de Dios coge todavía más fuerza. Se encauza en un campo que la filosofía nos dejaba ver de una forma menos abierta a la transcendencia. La teología en la acción social, nos instruye e indica como tiene que proceder la Iglesia y los cristianos, frente a los problemas de la sociedad. Alumbrando desde la fe estas necesidades o carencias que puedan tener los hombres, las empresas, los mercados, el mundo, pero sobre todo las familias.
            2. La Doctrina Social de la Iglesia, es la forma de proceder de la Iglesia frente a un mundo que necesita de Dios, en su Caridad y en su Paternidad. Ilumina a los cristianos y los hace participes de ese plan de salvación que El Padre pide en su voluntad. Dándoles unos principios de reflexión, en los que puedan moverse y evangelizar desde el ejemplo, de Cristo en medio del mundo. Pues, esta no es sólo una labor de los sacerdotes, si no de todo cristiano, de toda la Iglesia.
            3. En estos tres textos bíblicos, me encuentro con un Jesucristo que clama al mundo atención. Un mensaje que es adoptado por aquellos que quieren escuchar su voz y pretenden seguirle, ayer, hoy y siempre, en sus dudas y dificultades, en sus miserias y pobrezas, y como no en su condición de pecadores. Pero estas condiciones, no frenan a Jesucristo ni a su celo de llevar a cabo la voluntad del Padre, que en su misericordia no mira nuestros pecados, solo quiere ver nuestra respuesta a su llamada. Jesucristo, se hace caridad para con nosotros, se entrega como ejemplo, como Amor para ver, como luz para juzgar, como pan para actuar.
            4. En Mt, 8, 14-15, vemos la síntesis de lo que dice el papa Juan XXIII al tratar de explicar en “Mater et Magistra”, la funcionalidad que tiene que tener un cristiano al aplicar lo aprendido en la Doctrina Social de la Iglesia. Ver, la realidad y estudiarla. Juzgar según la voluntad del Padre, y en nuestra condición según la palabra de Dios. Actuar según la necesidad y las directrices adoptadas. Jesús ve a un enfermo, juzga la situación y actúa para sanar su enfermedad, dar una resolución a su problema, en este caso la mejor solución.
            5. Seguidamente en Jn, 6, vemos cual es la respuesta de la gente a la actuación que tiene Jesucristo con los que están enfermos, los necesitados de Dios. Jesucristo hace en Él, el ejemplo a seguir, y lo hace cuando la gente comienza a ver los gestos. La caridad no pide la conversión instantánea, más bien la caridad es instructiva y modela el corazón. Como se dice en el Salmo 126, 1- 2. Es Dios quién modela el corazón, y todo esfuerzo por cambiarse a uno mismo es inútil, si no reconocemos nuestra debilidad y a Dios como quien tiene esa capacidad. Dios nos da la gracia de poder creer y nos llama a ello. Pues en Jn, 6, 5-16 se realiza el milagro de los panes y los peces. Una clara muestra de cuanto puede colmar nuestro Señor a quien se entrega de corazón y lo entrega todo, sin reservas. Pues, Dios sabe y nos dice en Jn, 6, 16-21 “No temáis Soy yo” quiere que abramos nuestro corazón a Él, ya que sabe bien que pan necesita, sabe que alimento necesita nuestro espíritu, Jn 6, 22-27.
            La Doctrina Social de la Iglesia, nos pide que seamos protagonistas en nuestra vida cristiana. Que no tengamos miedo a manifestar a Dios y a su Iglesia cuando hacemos obras de caridad a la sociedad. Ya que el hombre en medio del mundo esta dudando de su propia condición de hombre. En la caridad, esta la entrega, y en esa entrega nos tenemos que dar como pan que baja del cielo, a ejemplo de Jesucristo Jn 6, 34- 40. Quien es capaz de probar de este pan que Dios da por medio de Jesucristo y  la Iglesia, su necesidad cambia, y su vida cambia. Pues Dios, tiene esa riqueza de poder cambiar las cosas del mundo. Transforma lo mundano en divino, y el que cree en Él  comiendo de ese pan tiene vida eterna. Jn 6, 52-58.
Por medio de esta palabra y la Doctrina social, me doy cuenta  de que aunque la gente no crea y exista gente mala en el mundo que quiera impedir la fe en Dios, la Iglesia no tiene que decaer en la desesperación y el desánimo. Tenemos medios suficientes que nos fortalecen, siendo capaces de transformar por nuestro ejemplo, aprendido en Jesucristo, a esa gente que no cree, esta apartada y necesitada de Dios. Estos son, la Eucaristía, la Palabra de Dios Jn 6, 67-71, y el sí en nuestro compromiso como cristianos dispuestos ayudar desde la caridad, desde nuestra propia entrega y sacrificio. El ejemplo de Jesucristo cumpliendo la voluntad del Padre, tiene que mover a toda la Iglesia a creer en Él y querer seguir sus pasos. Ya que Jesucristo es la luz del mundo Jn, 8, 12 que puede juzgar y ver las cosas para saber actuar correctamente en la voluntad del Padre. Si queremos aplicar la caridad en misión pastoral o acción social de manera que sea capaz de modelar los corazones del mundo, pidámoslo a Dios y veamos que podemos utilizar de la Doctrina Social de la Iglesia. Pues, solo Jesucristo puede sacarnos de la oscuridad que el mundo tiene dar un verdadero sentido a lo que realizamos por el Amor infinito de Dios Padre.

                                                           David Escoin Rubio

viernes, 4 de mayo de 2012

El Reto Pascual


La Pascua “Querer vivir por Él y que viva Él en nosotros”.

En la pascua, por la fe, nos encontramos con Jesús resucitado en cada momento del día. Podemos decir con más seguridad un sí al Señor. La Pascua es la prueba patente de que Dios nunca nos ha abandonado, y además, de que nos muestra cual es su Amor por nosotros. Un amor que escapa al razonamiento y que sólo se entiende con nuestra propia vida, Su Vida.

En la Pascua Dios se hace presente en nuestra vida de forma especial, porque después de haber sido testigos de su entrega por nosotros, nos hace partícipes, cómplices, hermanos, de esto que nos da y que nos sigue dando, la vida.

Por eso, vivir apasionadamente cada momento de la vida junto a Él, por Él y para Él, nos puede hacer conscientes de cuánto Dios está en medio de nuestras vidas.

Cada gesto, cada movimiento, cada suspiro, cada sonrisa, cada llanto, cada silencio, cada Eucaristía, vivamos con Él. Por que el Amor de Dios en Jesús nunca murió por nosotros. Atrévete a Vivirlo.

Pax et Bonum

jueves, 29 de marzo de 2012

Escuchar en el Silencio


EN TIEMPOS DE CUARESMA. 

Queridos hermanos en Cristo:

En tiempos de cuaresma, me gustaría hablaros con esta meditación. Originaria de la reflexión personal, que estuve escuchando en una conferencia, que se hacía el seminario en el 2008, del libro Jesús de Nazaret  de su Santidad el Papa Benedicto XVI. Con el tiempo he ido desarrollando a través de la oración, la meditación y la contemplación, la idea que este pasaje bíblico, escuchado en dicha conferencia, ha suscitado en mi interior para mi conversión. Aquel pasaje era Mt 4, 1-11. “Las Tentaciones en el Desierto”.

Inicialmente no repercutió en mí la plática del día. Pero, no obstante, meditando después comencé a ver la cita con distintos ojos. Quien tiene experiencia de hacer oración, lee, medita y contempla con la Palabra de Dios. Pues, eso es precisamente lo que yo hice. Conseguí ponerme dentro del texto y vivirlo. Hacer que resuene dentro de mí.

Cuando leía esta cita podía ver un momento de cuaresma personal del Señor. Un retiro vivido en soledad. Una soledad vivida en el olvido que hace el  mundo a la persona de Jesús. Además que Él se aparta de todo aquello que puede hacerle caer en el egoísmo de este mundo. Egoísmo que desborda en los corazones de los hombres. Cristo, sufre un ayuno espiritual por parte del hombre. El hombre no llena el corazón de Jesús, por su falta de caridad. El hombre, como es normal en este mundo, está lleno de sí mismo y no deja espació para lo espiritual, para el encuentro con Dios. Jesús sufre esa sequedad de corazón de piedra, quiere olvidar y vencer esa parte del mundo, por parte del hombre. Pues, el hombre siempre ha sido débil y ha sucumbido a la tentación de solo satisfacer sus propias necesidades.

Hoy en día, seguimos cerrados a la voluntad de Dios y a su espiritualidad. Por ello os exhorto, hermanos míos, a que renunciéis en vuestras posibilidades, a seguir escuchado por encima de lo que Dios quiere.

En una sociedad con un sinfín de estruendos y gritos para poner de manifiesto quien está al mando, es difícil silenciarse y hacer un momento de retrospección. La Cuaresma, al igual que la vida, se puede vivir como un momento áspero y sin sentido, si uno no se para a escuchar y a escucharse. El silencio y la calma, no entran muy a menudo en nuestras vidas, quizás solo para dormir. ¿Por qué, no podemos escuchar más allá? ¿Qué estamos haciendo mal?

El silencio y la calma interior, es alcanzado cuando nos damos en caridad. Ya sea a nuestro hermano, quien necesita de nosotros. O ya sea a nuestro Señor, que aunque no tenga tanta necesidad, la necesidad es nuestra. Como ovejas de su rebaño necesitamos de sus cuidados. Pues, precisamente esos cuidados se alcanzan cuando verdaderamente te entregas a Él y le sirves en los que te rodean.

En cuaresma, nuestro encuentro con el Señor lo tenemos presente en la Cruz, en la penitencia, en el dolor y en el ayuno. Pero hermanos, os sugiero que nuestro encuentro sea siempre en el diálogo. Un diálogo de entrega y de amor, ya que el sufrimiento ya viene en el transcurso de la vida. Sepamos, en los momentos de oración y encuentros con el Señor buscarlo en el amor, de  hacer su voluntad renunciando a la nuestra, y haciéndonos pequeños ante la grandeza de lo que significa ser hijo amado de Dios, hermanos de Cristo.

Paz y bien.