La “profesión” más feliz y satisfactoria del mundo: ¡apúntate!
Los sacerdotes somos las personas
más felices del mundo. Y no lo digo sólo yo. Muchos, y entre ellos, la
prestigiosa revista Forbes. El
argumento esgrimido en ésta: la vida de un sacerdote tiene un gran sentido que
hace que la vida merece y vale la pena ser vivida. Lógicamente hay obstáculos y
dificultades, pero los superan con creces la experiencia del gozo en la entrega
y el servicio desinteresado, el acompañar a las personas, ser instrumento de la
misericordia de Dios, presidir la
Eucaristía, guiar una comunidad, hacer convivencias con
jóvenes para llevarles a Jesús, acompañar a las personas que sufren…
Pero el ser sacerdote es mucho
más que una profesión: es una vocación. Porque tiene que ver y actuar con el
interior de una persona, y no tanto se refiere a una actividad externa. Porque
responde a una elección libre ante la llamada de Dios, mucho más allá de
determinarse en función de los gustos, cualidades o posibilidades personales.
Porque se ponen en funcionamiento todas las dimensiones de la vida: la
afectiva, intelectual, creativa, etc. Porque vives desde la gratuidad del amor
de Dios y la providencia de su elección: -me ha elegido a mí- y, -te está
eligiendo a ti-. Porque El quiere y te ama. Dios te ama. Porque permanece y es
alianza y compromiso de amor para siempre. El sacerdocio es vocación porque
exige exclusividad, entrega absoluta y nace de una pasión: la pasión por el
Evangelio. Es ser testigos enamorados de Cristo que te lleva a acoger la
llamada personal, urgente y eclesial de la emergencia educativa anunciada
varias veces por el Papa Benedicto XVI.
Varias son las iniciativas que se
están llevando a cabo para suscitar y promover esta experiencia apasionante del
sacerdocio:
- La cuña publicitaria en la COPE, grabada por los seminaristas, en la que se afirma sencilla y claramente: Ven al Seminario Mater Dei…y rompe con tu rutina. Sé valiente, vive tu vocación. Llena tu vida, ayudando a los demás con el compromiso y la alegría de ser testigo de Dios. Ser sacerdote: una vida que merece ser vivida. En el Seminario Mater Dei, CONTAMOS CONTIGO.
- La renovación de la “Asociación Amigos del seminario” como verdadero movimiento pro-vocaciones por medio de la cadena de oración. Mayor información sobre la Asociación tenéis en esta misma HP.
- Los testimonios vocacionales de los seminaristas en las parroquias de destino pastoral y en el colegio Mater Dei. Podéis contar con ellos si deseáis que vayan a dar testimonio a los grupos de jóvenes de vuestras parroquias. Aprovechad esta oportunidad.
- La apertura del seminario Menor en la cual se está trabajando y rezando. Si conoces un chico entre 12 y 18 años que se le ve ganas de ser feliz y está abierto a la vocación: ¡adelante! ¡Al seminario Menor, no lo dudéis!
- Y el deseo y la confianza de que la semilla que se va sembrando en los corazones jóvenes de nuestras familias, parroquias, comunidades y colegios, dé fruto abundante. Así se lo pedimos con pasión y convicción al Dueño de la mies.
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